Sinceramente, no sé qué haría yo sin esta mocosa, sin los
ratos que paso a su lado o sin esas conversaciones por teléfono.
Y es que cada vez que nos vemos tenemos algo que
contarnos, algo de qué hablar o algo de que reírnos, y os aseguro que eso no se
puede describir con palabras.
Hay gente que dice que
la amistad no existe, que tarde o temprano los amigos se traicionan,
pero, ¿saben? Eso es porque no la conocen a ella, no saben lo que es llamarla y
reírnos sin parar, o que te llame y te de consejos, te ayude y te apoye o te
riña cuando algo no haces bien. Y es que sinceramente para mí, más que una
amiga es como mi hermana, alguien en quien confiar.
Le doy gracias a la vida, al destino, a Dios, o a quien
mande, por ponerme a una persona así en mi camino. Entró en mi vida, un día,
así sin más, y desde entonces aquí estamos, juntas, y muy unidas, y espero que
eso siga muchísimo tiempo más.
Nunca me cansaré de repetirle que gracias por todo, por
estar siempre ahí para lo bueno y para lo malo, por apoyarme cuando nadie más
lo hacía, pero sobre todo, gracias por ser así como tú eres. Y jamás cambiaría
por nada del mundo todos los momentos que hemos pasado juntas.
En fin… que para mí es la mejor amiga que se puede
encontrar y que la quiero mucho.
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